Por mi parte, en cuanto me enteré de el terrible terremoto que ocurrió en Japón y el consecuente tsunami, me acordé que yo conozco a alguien en aquel país.

A un hombre muy inteligente que está por allá cursando su doctorado y que no pude sacar de mi mente en todo el día. Así que al final terminé mandándole un correo a su hermano: A, para saber si habían tenido noticias de él.
Para no hacer el cuento largo sólo dire que A y yo nos hicimos mucho daño alguna vez. Sin querer, estoy segura, pero nos lo hicimos.

No habíamos vuelto a tener contacto pero sentía que debía preguntarle por su hermano, saber si necesitaba algo, que se difundiera su nombre, no sé, algo. Afortunadamente al siguiente día del desastre el hermano de A pudo llamar a México para avisar que está a salvo.

A me agradeció mi correo y me deseó lo mejor a mi y a mi (evidente, puesto que el mensaje lo mandé desde facebook y aparezco con mi enorme panzón) familia. Yo también le deseo que le vaya muy bien...